“Periferia del cuerpo”, Mario Patiño.
Fotografía Contemporánea de Arte en Accióm
Contemporary Performance Art photography.
Periferia del Cuerpo: Narraciones visuales de Mario Patiño.
¿Cómo hablar de la periferia? Periférico es todo aquello que se sale de control, que corrompe un sistema, que vive en los límites, que se adhiere a los márgenes, que pone en duda, que ocasiona cuestionamiento, que se subleva, que revoluciona, que se levanta, que organiza las insurrecciones, es todo lo que no encaja, lo que resiste, lo que se niega a jugar el juego siguiendo las reglas, es la posibilidad de cambio, de algo nuevo.
Periférico es lo abyecto, lo que ocasiona un profundo miedo a lo hegemónico, es el atentado, el golpe de estado, el estallido, lo que se quiere oculto, de lo que no se habla, lo prohibido, el tabú, lo desagradable, el estigma, lo endemoniado, la mancha que nunca termina de limpiarse. Periférica es la obra de Mario Patiño.
Mario, detrás del lienzo o de la cámara, como cazador de mariposas, atrapa en sus imágenes aquello que no se puede enunciar sin ayuda del imaginario. Hace posible que la imagen encarne, que palpite y que se mueva. Su repertorio nos lleva un viaje por un surrealismo perdido en el tiempo, dándonos un abecedario poético que oscila entre vírgenes caníbales, travestis envenenadas, altares alterados, reinas pavorreal y junkies fosforescentes, escenas bucólicas llenas de diamantina y purpurina, códices de cuerpos indígenas y futurísticos que se compenetran unos a otros en una odisea visual que se permite cuestionar todo lo establecido, los límites entre raza y género, extendiendo las posibilidades de la belleza en un drama contemporáneo, entre la inspiración de lo eterno y el post-edit del Photoshop.
Veo a Mario, ermitaño con astrolabio, como un secuestrador de cuerpos, profanador de tumbas, capturando (con la ayuda de artistas de performance como Lukas Avendaño, Anúk Guerrero, Julio Láudano, entre muchos otros) algunas de las más potentes imágenes que los representan. Prestan su cuerpo para dejar que la cámara de Mario y su mente entre en ellos y los posea, en una suerte de intercambio parecido a lo sagrado. Si el arte de performance en un México 2015 sigue siendo raro, lo es más aún, la fotografía de performance. Son pocos los fotógrafos capaces de traducir el fenómeno artístico puro de lo efímero en una imagen perdurable sin arriesgar sus componentes. Mario logra esto al mismo tiempo que potencializa los rasgos de dichas imágenes al infinito. Para un artista de performance como yo, el trabajo de artistas como Mario es de suma importancia, pues son los trovadores pos-modernos de lo que acontece en el raro mundo del ritual artístico, nos permiten vivir a través de las historias que cuentan sus fotografías, las cuales se convierten en un talismán que contagia el germen de lo sucedido.
“Periferia del Cuerpo” de Mario Patiño trasciende el archivo para convertirlo en un apunte dinámico, una anécdota viva y vibrante.
Lechedevirgen Trimegisto 2015.